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¿CÓMO PREPARARSE PARA LA MUERTE DE UN SER QUERIDO?
La muerte de un ser querido es una experiencia que todos tememos. Cuando sucede, nos causa mucho dolor, un dolor para el cual nunca podremos estar bien preparados emocionalmente y que protagonizará el periodo del duelo.
Entonces, ¿qué significa prepararse para la muerte de un ser querido? Significa aprovechar el tiempo de enfermedad para hacer todas aquellas cosas que ayudarán a mitigar, aunque sea un poco, nuestro proceso de duelo y facilitarán que este discurra de forma más llevadera y con un dolor más soportable.
La preparación para la muerte de un ser querido no nos va a evitar el dolor de la pérdida, pero sí puede ayudarnos a vivir el proceso de forma más serena y sobre todo a prevenir que el duelo se complique o cronifique y acabe afectando a nuestra salud tanto mental como física.
Como ocurre con cualquier tarea difícil que afrontamos en la vida, si nos preparamos podremos crear las condiciones para que la experiencia la vivamos de la mejor manera posible. Y si perder a un ser querido es uno de los sucesos más trascendentales que viviremos, con mayor razón merece la pena prepararse.
Lo primero que hemos de entender es lo siguiente:
¿EN QUÉ CONSISTE LA PREPARACIÓN PARA LA MUERTE DE UN SER QUERIDO? ¿QUÉ PODEMOS HACER PARA PREPARARNOS?
Aquí comparto hasta 15 consejos que pueden ayudar a prepararse para la muerte de un ser querido.
1 - Plantéate de verdad la posibilidad de que la muerte ocurra
Eso no es incompatible con mantener la esperanza en que aún no haya llegado el momento. Pero si contemplas ambas opciones y no rechazas categóricamente la posibilidad de que tu ser querido muera, por doloroso que sea pensarlo, estarás empezando a preparar tu ser para un posible desenlace no deseado.
¿Te parece una idea demasiado dura? Lo es, pero es el único modo de irse preparando para el golpe, si llega, y cuando estamos preparados el golpe no nos coge tan desprevenidos, y eso nos ayuda a gestionarlo mejor.
2 - Habla con los profesionales, pregunta
Es muy importante que entiendas exactamente qué está pasando, en qué situación está la enfermedad, cómo puede evolucionar y qué puedes esperar. Solicita explicaciones, no tengas reparo en preguntar, aunque te puedan dar miedo las respuestas. Comprender lo que ocurre es fundamental en tu proceso de adaptación y de preparación.
3 - Comparte lo que sientes
El torbellino emocional que supone prepararse para la muerte de un ser querido no es algo que se pueda llevar en soledad. No somos héroes, somos personas humanas. Todo aquello que nos hace sufrir baja su intensidad en cuanto lo compartimos. No te lo guardes para ti, habla con alguien de confianza que pueda escucharte y acoger tu preocupación, tus miedos o tus lágrimas.
Es necesario que descargues tu propia mochila para estar en mejores condiciones de sostener y acompañar a tu ser querido. Has de dar salida a la energía emocional que acumulas. Y mejor si lo haces con alguien que no esté tan directamente implicado como tú en el proceso.
Si ves que no puedes, que no tienes nadie a quien confiarte, o que la situación te desborda, busca ayuda. No solo lo haces por ti, lo haces también por tu familiar, para poder cuidarle mejor, para saber estar mejor a su lado.
A veces puede bastar con recibir orientación y consejos sencillos de profesionales con experiencia en procesos de final de vida, con quienes podamos establecer un diálogo natural y sincero y que puedan acompañarnos a lo largo del proceso. El Acompañamiento al final de la vida, tanto al enfermo como a los familiares, está pensado precisamente para eso.
4 - Comunícate con tu ser querido
Todos tenemos nuestro estilo particular de comunicarnos y relacionarnos: no renuncies a él, no lo cambies, sé tú mismo, sin miedo. ¿Y cuál es la mejor forma de comunicarte? De la manera que te resulte más natural: las palabras, los gestos, el contacto… Todo es válido, pero es importante que sea sincero. Tu ser querido necesita tenerte y sentirte cerca, y la comunicación amorosa es el mejor vehículo para lograrlo.
5 - Confía en tu lenguaje no verbal
Habrá momentos en que no sabremos qué decir, en que las palabras sobren, o en los que sencillamente nuestro familiar preferirá el silencio. Piensa que todo lo que expreses con tu gestualidad y tu lenguaje corporal tiene un valor inmenso y llegará de forma directa al alma de tu ser querido. Una sonrisa, una mirada, poner tu mano sobre la suya, una caricia, un abrazo… tienen una potencia comunicativa extraordinaria y pueden hacer sentir tu presencia, tu amor, y que se sienta seguro y amado, lo cual es en estas etapas lo más importante.
6 - Comparte recuerdos bonitos
Habéis compartido una vida en la que han sucedido cosas bonitas que os hicieron felices. Recordarlas es volver a pasarlas por nuestro corazón y dejarnos tocar por aquella felicidad. Evoca esos momentos con tu ser querido: celebraciones, acontecimientos familiares, viajes, eventos… Utiliza álbumes de fotos, o vídeos, o lo que tengas a mano, para transportaros a aquellos días, para hacer presente que fueron vividos, que forman parte del bagaje de vida de nuestro ser querido, y que podemos agradecerlos y dejarnos emocionar juntos. Estos instantes compartidos te serán de gran ayuda en tu preparación.
7 - Dile que le quieres
Expresa todo el amor que sientes, todas las veces que sea necesario, sin reservarte nada, sin esperar. Cualquier día y cualquier momento es bueno para manifestar el amor, con palabras o con gestos: tu ser querido lo agradecerá.
8 - No dejes nada pendiente
Si hay algún asunto o conflicto entre vosotros pendiente de resolver, de perdonar, de reconciliar, es hora de hacerlo con palabras o sin ellas (hay silencios o miradas que lo dicen todo). Os sentiréis liberados y aliviados, y os será de gran ayuda para seguir adelante con mayor paz.
9 - Dale permiso para expresarse
Tu ser querido ha de sentirse libre para expresarse, y ha de sentir que puede hacerlo, que se lo permites. Déjale llorar, déjale hablar, déjale expresar su rabia, o su tristeza, o lo que sea que sienta. Permítele callar y guardar silencio si es lo que prefiere. Adáptate a su ritmo, a lo que necesite en cada momento, desde el respeto y el amor. Habla de lo que prefiera y en la profundidad que desee, sin forzar nada. Y no le mientas. Actuar así te dará tranquilidad y te tensionará mucho menos.
10 - No temas a las emociones
No pasa nada si lloras, o si lloráis juntos. Tú lo necesitas, y tu ser querido también. Forma parte del proceso de despedida, y no debemos reprimirnos, ni reprimirlo.
11 - Vive cada momento como un regalo
Céntrate en el presente, en lo que cada día puede darte, en lo que puedes compartir y vivir. Agradece la presencia de tu ser querido un día más, pon el foco en el día de hoy (que lo tienes y es tuyo y es real) y no en lo que vaya a suceder en el futuro.
12 - Agradece
13 - Participa en sus cuidados
Aunque tengamos el apoyo de profesionales, o aunque no seamos el cuidador principal, podemos llevar a cabo pequeñas acciones de cuidado directo, como mojar unos labios, o acomodar la ropa de cama, o ayudar a beber un poco de agua. Son detalles que nos acercan, nos ponen en contacto más íntimo, y nos hacen sentir mejor.
14 - Accede a fuentes de información que te sirvan de ayuda
Las experiencias que otras personas han tenido cuando perdieron a sus seres queridos pueden ayudarnos a entender y procesar la nuestra, e incluso a afrontarla con menos miedo. Están recogidas en material escrito (libros) o audiovisual (vídeos) que te puede ser de gran ayuda. Lee y escucha testimonios de quienes ya pasaron por lo que tú estás pasando y que pueden hacerte ver que en medio de la oscuridad también hay luz. Me permito sugerirte la lectura de Destellos de luz en el camino, un texto que ha ayudado a muchas personas que así lo expresaron, y del que extraigo esta cita:
15 - Confía en tu capacidad y en tu sabiduría innata
Para vivir esta experiencia y para saber estar al lado de tu ser querido. Todos la tenemos, se trata de dejarla salir, a pesar de nuestros miedos.
EL DUELO ANTICIPADO
Hay un último aspecto muy importante que conviene destacar, porque no se suele tener en cuenta de forma consciente. Y es que prepararse para la muerte nos lleva de forma paralela a hacer el llamado duelo anticipado. ¿Qué significa esto? Que todo ese trabajo de preparación que hemos descrito en los párrafos anteriores nos ayuda a ir aceptando y asimilando cada una de las pérdidas que se producen durante el proceso de enfermedad, que son muchas, y que están relacionadas no solo con las pérdidas físicas que sufre el enfermo, sino con las pérdidas emocionales, sociales, de roles, que afectan tanto al enfermo como a sus familiares. Cada una de esas pérdidas supone un pequeño o gran duelo, que estaremos ya afrontando. Y eso hace que al producirse el fallecimiento habremos adelantado una parte del trabajo. Por ello lo llamamos duelo anticipado, que sin duda tendrá un efecto amortiguador sobre el impacto que causará la muerte de un ser querido. Lo notarás, y lo agradecerás.
Si tú o un familiar estáis viviendo un proceso de final de vida y crees que podéis necesitar ayuda, infórmate sobre el acompañamiento al final de la vida. Soy el Dr. Juan Carlos Trallero (sobre mí) y tras más de 20 años de experiéncia, puedo asegurar que es una de las mejores decisiones a tomar en nuestras vidas, para vivir mejor el proceso de morir. Y lo es tanto para el enfermo, como para su entorno más cercano.
Si te interesa saber más acerca de cómo cuidar a tu ser querido cuando sus últimos días se acerquen, te aconsejo visitar la página donde explico que hacer ante las últimas horas de vida, ya que este es un periodo muy especial y específico dentro del proceso y que conviene conocer bien.
Envíaselo a alguien que creas que le podría ser útil. –>